21 abril, 2013 Boda de Maki y Antonio
Crónica de la boda de Maki y Antonio, de la mano de Damiano Tonegutti ss.cc.
La boda empezó con mucho viento. Llegaron los frailes de lejos y se les invitó a desayunar. La voz de Paco Piñero volvía a llenar la parroquia. Luego llegó la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, elegantes, otros sencillamente para acompañar. La iglesia llena de flores naranja y blancos.
Antonio reía, saludaba, expectante, mirando hacia la puerta, acompañado de su madre. Maki no es de las que se hace esperar. Es puntual también el día de su boda. Pedro, preside la celebración y espera la novia a la puerta. El levante da vueltas a su vestido. Todos la miran y la admiran. Su padre la acompaña hasta el altar.
El coro entona ‘Vosotros seréis mi pueblo’ y Maricarmen y Paco leen las moniciones. Detrás del altar, además de Paco Piñero, están Paco Egea y Fernando Cordero.
Una vez sentados, escuchamos unas lecturas que hablan del susurro de Dios en una cueva y del amor que no tiene límites. El Evangelio habla del corazón de dos personas que caminan. Empieza a arder solo cuándo llega un tercer personaje, irónico y paciente. Es su lectura preferida. Pedro les recuerda entonces su camino, les conoce bien, les quiere y celebra con ellos. Sabe que muchos otros celebramos y gustamos con ellos este instante de su camino, para mirar atrás con maravilla y para mirar adelante con mucha confianza.
Llega el momento más importante. De pie los novios pronuncian su compromiso. Solemne y sencillo. Los demás sentados, en silencio, emocionados mientras el canto les invita a confiar en el Señor. Anillos y arras.
‘Qué te puedo dar’ nos acompaña hacia la última parte de la celebración, la eucaristía. Ofrecen su trabajo en Cáritas y en La Salle y su recorrido en la comunidad de fe. Sus padres llevan el pan y el vino: han llevado a sus hijos hasta aquí.
En la acción de gracias a muchos le entran ganas de compartir porque quieren expresar lo que sienten, sin cortes. Todos dan gracias a Dios. Los mayores como Paco Piñero que los han conocido desde niños, y los jóvenes que los admiran y que los tienen como referencia. Recordamos lo que han dado y lo que han recibido de la parroquia. Sus hermanos de fe que han visto su amor crecer como un planta y arrastrar a otros como un torbellino. Recordamos al Padre Luis y sus largas conversaciones con Antonio. Concluyen los novios. Difícilmente contienen las lágrimas y llevan a todos a emocionarse sinceramente. Todos abrimos el corazón para dar gracias a Dios.
¿Cómo podía acabar la celebración sin ‘Sé que voy contigo’? Las tres velas que pusieron encima del altar y en cada mesa del banquete mostraban muy bien quién iba con ellos.
Llegados al Sotillo, en Chiclana, una fecha especialmente importante de su camino marcaba cada mesa. Sólo los que estaban en la mesa podían saber qué había pasado en aquella fecha. Los que quieren saber qué pasó en las demás deberán preguntárselo personalmente.
A la hora de cortar la tarta, fueron ellos a homenajear a varias personas. En primer lugar, la próxima pareja que se va a casar: Rosa y Cristóbal. Luego sus familiares a los que una vez más mostraban su agradecimiento y su cariño. Rafa, de mi mesa, preguntaba: ‘pero, ¿no son ellos los que tendrían que recibir los regalos?’. Después de comer, el baile. La pareja abre la pista bailando ‘A te’ de Jovanotti: ‘A ti que eres mi gran amor y mi grande amor, a ti que has tomado mi vida y has hecho de ella mucho más’. El resto es alegría y baile. Buen viaje Maki y Antonio, nos alegramos un montón de haber vivido este momento con vosotros.