16 abril, 2012 Convivencia de Infancia
La amenaza de lluvia se quedó por fin en alarma el 15 de abril. Así que los ‘pitufos’ de precomunión, comunión y postcomunión pudieron disfrutar junto con sus catequistas y un buen grupo de jóvenes monitores (y no tan jóvenes) de un día espléndido en la Casa de Espiritualidad P. Damián de Jerez de la Frontera. El único peligro lo constituía un despiadado Gargamel, acompañado por una versión mansa e inseparable del gato Azrael. En total, la Pitufilandia del Buen Pastor sobrepasó las 150 pitufi-personas.
Gargamel ha ideado una poción mágica para hechizar a Papá Pitufo y así poner en peligro la aldea de los pequeños personajes de color azul. Un pollo de Gallineras llevará el baúl con la pócima a su casa. A partir de ahí, se propone una gymkhana para liberar a Papá Pitufo de su encantamiento. Todos los pitufos se ponen mano a la obra para superar pruebas –divertidas, atrevidas e imaginativas- y lograr su objetivo. Pero Gargamel siempre guarda un as en la manga. Para que Papá Pitufo vuelva a la normalidad, los pitufos han de hacerse con el ‘camarón’ mágico que el malvado luce en su cuello. Todos unidos lograrán avalanzarse contra el terrorífico mago y le sustraerán el ‘camarón’. Así Papá Pitufo volverá a la normalidad con sus queridos pitufos.
Después de la comida, hubo un tiempo de catequesis por grupos. Se dialogó sobre las diferentes cualidades y habilidades que tienen los pitufos. Igual que ellos, cada uno, con sus cualidades aporta a los demás lo mejor que tiene. Un grupo, una familia, una pandilla se enriquece con las características de todos los que lo componen. Por ejemplo, en uno de los grupos sacaban estas conclusiones: ‘hemos aprendido a pasarlo bien, compartir juntos, que la fuerza más grande es el cariño, aprender a perder, aprender a compartir, cooperar y conocernos mejor’.
Finalizó la convivencia con la celebración de la eucaristía en un ambiente pascual y festivo, con mucha participación por parte de los asistentes. Damos gracias a Dios por todas las personas que han hecho posible con su esfuerzo y trabajo que esta convivencia haya podido llevarse a cabo. Así nuestra Parroquia se convirtió por un día en la aldea de los Pitufos.